Esta es la historia de una obra de arte, de su autor -un muralista, mexicano y progre- y el (des) cuidado del patrimonio cultural argentino.
"Ejercicio Plástico" es una obra que data de 1933. Pero su historia, tan singular como su naturaleza misma, la ha convertido en un hito destacado dentro de la tradición artística argentino-mexicana.
Dicha obra consiste en un mural confeccionado dentro del sótano de la casona de Natalio Botana, fundador del Diario “Crítica” en Don Torcuato. Su particularidad reside en el hecho de ser un mural completo (paredes, piso y techo del cuarto), para el cual David Alfaro Siqueiros, su autor, contó con la colaboración de Berni, Spilimbergo, Castagnino y el uruguayo Lázaro, lo cual le otorga un incalculable valor artístico y patrimonial.
Siqueiros fue (junto a Orozco y Diego Rivera) uno de los principales exponentes del movimiento conocido como “Muralismo Mexicano”, el cual planteaba la necesidad de liberar al arte de la cajita de cristal que la encorsetaba, limitando su disfrute pura y exclusivamente a la aristocracia.
Los muralistas propusieron inundar los espacios públicos con sus pinturas de dimensiones monumentales, retratando imágenes típicas y personajes de relevancia histórica que apuntaban a reforzar la identidad y cultura popular del pueblo mexicano.
Los ideales netamente progresistas de los artistas en cuestión, generaron grandes discusiones en torno al movimiento, que fueron, en principio, lo que sedujo a Botana a contratar la confección de su propio mural, el cual fuera definido por el propio Siqueiros como “una pintura monumental dinámica para un espectador dinámico".
“... Siqueiros imaginó transparentes los muros, provocando por medio de un truco visual el efecto de una caja de vidrio sumergida en el agua. El espectador queda atrapado en una burbuja, el paisaje y los personajes que lo habitan ocupan entonces un espacio exterior e infinito. Talentosa transgresión que brinda como resultado una amplitud ficticia que el soterrado lugar no posee. Se permite una única pausa a las exigencias ortodoxas del movimiento muralista mexicano, que demanda una temática comprometida con la problemática social del proletariado, de orientación subversiva. A los limites del sótano les impone el ejercicio pleno de la libertad. El efecto de la obra acabada es el de las ambientaciones que recién adquieren fama en la década del sesenta, ya que no produce la situación de distancia entre el espectador y la obra que crea el mural tradicional...” (*)
Tras permanecer oculto durante décadas, el mural fue desarmado mediante una impresionante y meticulosa obra de ingeniería, que consistió en el adelgazamiento de la superficie del sótano y posterior desarmado en trozos, para ser guardado en dos containers con el fin de su comercialización.
Pero por problemas judiciales, la obra permaneció hasta el día de hoy a la intemperie en la zona de San Justo.
Tras diversas disputas y cruzadas de gente involucrada en el arte, en Noviembre de 2001, la Cámara de Diputados declaró Monumento Histórico a la obra de Siqueiros. Pero no fue hasta 2003 que se decidieron a abrir los containers, y tras realizar un peritaje se determinó que la obra sufría un deterioro considerable. Las vanas promesas de restauración quedaron sin efecto hasta el día de hoy, en que una medida judicial determinó que el mural será reconstruido y posteriormente expuesto en la ciudad de Buenos Aires.
Lo inverosímil de esta historia es tal vez una constante en el devenir de nuestra propia historia, y es la falta de resguardo por parte de quienes deberían velar por nuestro patrimonio artístico, histórico y cultural. Por suerte, en este caso decidieron poner manos a la obra y casi ocho décadas después de su creación, el mural de Siqueiros tendrá su propio y merecido renacimiento.
Soph.-
(*) Ana Martínez Quijano http://www.elportaldemexico.com/artesplasticas/siqueirosmural.htm
(*) Ana Martínez Quijano http://www.elportaldemexico.com/artesplasticas/siqueirosmural.htm
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