Por: Sofía Arcuri
Fotos: Francisco Rojas

El riff denso de “Basta” abría el recital, pasadas las 9 30, mientras la endemoniada dupla Daffunchio-Sokol tomaba por asalto el escenario, secundados por Gaby Martinez en bajo, Sebastián Schachtel en teclados, Tomas Sussmann en guitarra y Gustavo Jove en batería; a fuerza de sonoridad y adrenalina generaron una descarga inicial que parecía hacer olvidar a todo el mundo de la sensación térmica del sábado a la noche. Todo se adaptaba a la circunstancia de megashow; juegos de luces, pantallas con proyecciones y hasta Sokol, que enfundado en una chaqueta verde avisó: “Me vine elegante porque ustedes lo merecen".
“Como un buey” y “Siento, luego existo” continuaron la seguidilla fiel al orden del disco; pero pese a ser “Basta” el leit motiv de la noche, el set de 2 horas y media dio lugar a un vaivén entre las novedades de su última placa y el rescate de muchos temas que todos querían escuchar, entre los cuales brillaron “Día Feliz”, “Bombachitas Rosas” y “Cuando podrás amar”, además de “Capitán América”, con el ritual ya instalado del silbido ante el himno yankee.
La sustancia acústica de Las Pelotas también estuvo muy presente en varios momentos de la noche, y encontró su punto más alto en “Más que un deseo”, con Daffunchio desenchufado y una luna sobre el mar proyectada a sus espaldas.
En los días previos, la banda había desmentido la posibilidad de un nuevo encuentro entre los ex Sumo, después de compartir escenario en la última presentación de LP en Buenos Aires, durante el Quilmes Rock. Pero igualmente, la noche dio lugar para invitar a uno de aquellos “viejos amigos”: Gillespi, quien estaba transmitiendo en vivo para Rock& Pop, subió al escenario para acompañarlos en “Hola Qué tal”. Durante este tema, Sokol se olvidó la letra, desliz que fue aprobado con el guiño cómplice del público que lo ovacionaba.
El otro músico invitado fue Ismael Sokol, hijo de Alejandro, que se sumó para “Esperando el milagro”, en uno de los tantos bises que prolongaron la despedida. El final, con Gillespie otra vez sobre el escenario, dejó lugar para el recuerdo: “No tan Distintos” y “Debede”, ambos temas de Sumo fueron el broche de oro de una noche muy esperada, que tuvo los ingredientes necesarios para que todos se queden contentos: un sonido en vivo ya consolidado –en el cual Sebastián Schachtel y Gaby Martinez tienen cada vez más protagonismo-, la energía de la dupla Daffunchio-Sokol, más enchufada que nunca y disipando a los abrazos cualquier rumor de distanciamiento, más la arenga constante de varios miles de personas. Si alguien no entendía de qué se trataba eso de “fiesta pelotera”… el show en Ferro fue una clara evidencia.
(Publicada en Rock.com.ar)
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